Son las 5 de la tarde y tengo un cabreo formidable porque he estado en SEPHORA, me he gastado 2.000 Euros en cosmética y perfumes de alta gama, me han dado un montón de muestras y me las he dejado en un taxi. Estoy negra. Para calmarme voy a darme un baño de lujo
mientras escucho el último disco de Las Nancys Rubias.
Y la chusma se preguntará: ¿Quiénes son Las
Nancys Rubias? Y el oráculo responde: Son Las New York Dolls madrileñas, las
Sigue Sigue Sputnick del barrio Salamanca, las fuman-chu del glam-rock, las
ayatohlas del rock and roll, terroristas del star system formadas por una
tiparraca, una bicharraca, una pajarraca y una lagarta. Cuatro autenticas
zorras con estilo, allure y charme abundantes a partes iguales; falsas las que
más y divinas las que más. Tan falsas y divinas que debajo de las lycras y las
charoles, llevan todas un cilicio que las dota de actitud, mortifica y vivifica
a la vez y las hace comportarse y moverse en el escenario con todo el
descaro de unas auténticas divas y de unas auténticas rock star zorras…
No saben tocar, pero saben criticar, copiar y
disimular. Pero lo que mejor se las da es triunfar y gastar porque sobre todo
son divinas. yonquis del lujo, adictas a la cosmética de luxury y las cremas de
200 Euros. Su hobby favorito, gastar y gastar.
Esnifan laca y esmalte de uñas, se inyectan
botox en la cara y en la vena; salidas del arroyo han llegado a lo más alto,
subidas en zapatos de tacón de 18 centímetros de Christian Louboutin.
Ellas pueden con todo, pero nadie puede con
ellas; Estuvieron en la cárcel en Hong-Kong por tráfico de bolsos de Hermes
falsos. Sobornan a la policía para que las detenga y las pegue un palizón,
sobornan a la prensa para que las critiquen y para que las ensalcen y las
hundan a la vez. ¡Viven del escándalo!. Del escándalo y la contradicción
Son
cultas, pero respondonas. Nunca cierran el pico y no saben lo que es
estar calladas. Odian la discreción; las encanta robar plano y también saben
robar bolsos, y se lo pasan todo por la brinca, porque ellas pueden y porque
tienen todas una talla 36.
Su meta en la vida es ser rica y famosa y no
llegar jamás a la talla 38.
Venidas del Planeta Roxy-Foxy, donde todas
llevan el pelo cardado, andan perdidas montadas en un cohete con destino a
Nancylandia, lanzado por la NASA.
En el escenario nadie las supera, nadie las
hace sombra, nadie las deslumbra.
La
cantante es una top model, cuyo descaro y estilo nunca han sido superados.
¿Quién como ella o él, puede llevar esos
tacones y esos cardados?, que recuerdan
a The Cramps, Wayne County, David
Johansen y Dolores Vargas la Terremoto juntos.
Y ¿qué decir de la guitarrista?. Otra New York
Doll, otra Silvyan Silvyan; Tanto a la una como a la otra se ve claramente, que
la una no lleva bragas y que las de la otra, siempre tienen que ser robadas a
algún chulo porque ella es fetichista.
No se levantan de la cama por menos de 300
Euros y su inclinación sexual es un misterio… No son ni heterosexuales, ni
bisexuales. Son trisexuales, sobre todo
cuando lucen en triquini en Marina D´or; Donde se pasean de incógnito,
ataviadas con el traje típico regional de Castellón por sobre encima del triquini.
Pioneras del savoire faire y forjadoras del
mito y la leyenda de que es preferible estar muerta a contraer la pomulitis ó
pérdida del pómulo, y que para triunfar no hace falta tener cerebro, basta con
tener pomulosis crónica ó pómulo excesivo, para lo cuál no dudan en sacarse la
cuatro muelas del juicio o quitarse las bolas de bichat.
Su metabolismo sólo procesa comida basura y la
cerveza y para aumentar su autoestima no dudan en someterse a los grandes
suplicios de la cirugía estética, desde el despellejamiento en vivo, hasta el
tratamiento con hilos y la depilación por láser.
"Cohete a Nancylandia", recuerda a las inimitables New York Dolls y
su "Jet boy", pasado por una turmix. Sonido supersónico y toque de
nostalgia del glam de los 70.
Las Nancys atraviesan la galaxia en un cohete:
bueno para escucharlo, pero mucho mejor para verlo.
"Marina D´or", es cumbia y regeaton a partes iguales, nunca
el cha-cha-cha había sonado tan er.
"Disco Nancy", disco queen, sonido
Philadelfia, Studio 54, funky town y boogie down, lentejuelas, plataformas y
escarcha en la cara, apta para resucitar a Franco y la Lola Flores.
"Peluquitas", guitarras a toda
pastilla y la voz de la Nancy que te envuelve y embelesa con ese je ne se qua
de pionera del sadomasoquismo más irreverente.
"Sangre en la boutique", tema
desgarrado y espiritual que te lleva a cuestionarte el por qué de tu futuro, el
tal vez de tus peinados. Sangre en la rue Canvon, sangre en Chanel, en la
boutique del Kaiser, en la boutique de Kart Lagerfeld.
"Ahora o nunca", música ambiental
compuesta por la Nancy en un hotel de Saigón con la media de nylon de la Nancy
O, dando vueltas, colgada de un ventilador.
"Burlesqueada", marcha militar para
travestís y vedettes desfilando con la cabra de la Legión arrastradas de los
pelos por el suelo, a ritmo del "rey del glam".
"Un final feliz", a los chicos de la
armada les encanta esta canción porque a ellas se les ve las piernas y son
carne de cañón.
"Nancy O y Nancy Reagan se lo cuentan
todo", otro tema que nos devuelve a la época del "Diamond Dogs"
con el teléfono de banda sonora y los cotilleos de las unas y las otras en la
noche de Valpurgis.
"Soy tu enemigo", tema dedicado a
una buena amiga con todo cariño y respeto, sin querer llegar a más que tirarla
de los pelos.
"Ya lo sé, y no me importa", con
este tema se pone el broche de oro al cuarto y mejor disco de Las Nancys,
grabado entre sesiones de peluquería y manicura, de corsetería, joyería y
bisutería.
¡Este es su momento!, ¡Ahora o nunca!
Agradecimientos a Fabio McNamara, texto escrito enteramente por él, con algunas modificaciones. Gracias a Fabio McNamara.
Agradecimientos a Fabio McNamara, texto escrito enteramente por él, con algunas modificaciones. Gracias a Fabio McNamara.
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